domingo, 22 de octubre de 2017

 En el Salón del Rey de la Montaña
No sólo ha sido tocada en los más diversos géneros musicales
sino es parte inseparable  de la historia del cine,
compruébalo en:


https://www.youtube.com/watch?v=pCnhx3e61sE




domingo, 27 de agosto de 2017



Fragmentos de una Entrevista Interminable
con Jorge Taddeo

(Tomado del Blog de concerttante.com)

¿Existe alguna relación entre Peer Gynt y Amadeus, o incluso con otras de las obras que has
dirigido?
Si, hay un Leitmotiv en todas ellas. El más elemental es que son obras que pueden ser abordadas desde una plataforma multidisciplinaria. En Amadeus de Peter Shaffer, casi toda la música incidental es de Mozart, y con algunos fragmentos de Salieri. Vemos en una representación actores, cantantes de ópera, bailarines clásicos y músicos, trabajando por un todo escénico. En esa obra, Shaffer fue muy hábil al elegir a un protagonista como Amadeus, donde por supuesto su música sería perfecta, casi como un “personaje” más. A Salieri lo hacen ver como un compositor menor, lo que no es cierto de ninguna manera. Se trata de esos momentos extraños donde por ejemplo, existió un bajo cantante del tamaño de Jerome Hines, que hubiera sido el mejor del mundo si no hubiera existido en la misma época Cesare Siepi. Pequeño detalle. Entonces si grandes compositores tuvieron la suerte de nacer en los tiempos de J. S. Bach, Mozart, Beethoven, o Wagner, era casi justificable que denunciaran que los dados estaban marcados, o como escribiera Robertson Davies en su maravilloso libro: “La Lira de Orfeo”: Dios es un bromista incorregible.
Retomando el hilo de la elección de obras para mis montajes podría decir que en Peer Gynt encontraremos una puesta con dotaciones semejantes a las de Amadeus. La obra de Henrik Ibsen no fue estrenada inmediatamente, pues sus dimensiones eran muy grandes y exigía posibilidades escénicas que iban más allá de lo que se hacía en el teatro de su época (1867), pero siguió adelante y comisionó la obra a su paisano Edvard Grieg, creando una de las grandes fusiones escénicas de la historia teatral, que me atrevería a decir sólo sería igualada por “La Ópera de los Tres Centavos” de Brecht-Weill, lo que nos da otra pista sobre el Leitmotiv que mencionaba anteriormente como director y productor, pues la estrené en el 2012. Así que en estas tres obras encontramos todas las disciplinas ya mencionadas. En Peer Gynt muchos de los actores cantan y el compositor se las ingenia para que sea muy poderosa la interpretación vocal de los actores no exigiendo un gran registro, pero si un pulso que los presente sumamente activos como cantantes-actores. Hay un personaje que es Solveig “la única”, quien debe tener una formación como cantante operística, pues su célebre canción tiene una dificultad considerable, lo que lleva en muchas ocasiones y nosotros no seremos la excepción a utilizar a dos Solveigs en una función, la Solveig actriz y la Solveig cantante, también tendremos dos Peer Gynts (incluso 3 pero ya ahondaremos en otro momento sobre esto). Y de igual manera, en “La Ópera de los Tres Centavos” los actores cantan música de gran fuerza también en un registro central, pero en el caso de Mackie Navaja, el registro es muy amplio y se necesita de un cantante-actor, siendo más difícil que en el caso de Solveig, alternar las dos disciplinas, pues Mackie está en escena todo el tiempo. El ballet figura en las tres obras desde accesos muy diferentes: Con Weill se trata de un ambiente de cabaret alemán, con Shaffer de música clásica y con Grieg si bien hay una vena romántica muy definida, hay un enlace muy fuerte con el folklore y por ende con la magia, la fantasía y las leyendas.
Para mí Peer es un viajero incansable, ya desde el principio de la obra es alguien que recorre grandes distancias dentro de Noruega, si bien lo hace generalmente para evadir sus responsabilidades, nunca deja de viajar a lo largo de su vida. Recorre Alemania, Italia, Francia, Suecia, Norteamérica, Panamá, Marruecos, Egipto, etc., Me atrevería a definir la obra como un viaje del protagonista hacia el conocimiento de uno mismo. Si seguimos con las contrapartes, Amadeus fue otro gran viajero a quien encontramos en la obra de Shaffer en sus últimos 10 años de vida, siendo el resultado de su experiencia en estos viajes, lo que lo lleva a establecerse en Viena. Mackie recorre los barrios bajos y altos de Londres y recuerda junto a su amigo Brown, el jefe de la policía, sus años como soldados cuando fueron a la guerra.
Hay un móvil tremendo en todas estas obras que no puedo dejar de observar: su poderosa relación con las mujeres. Mackie tiene dos esposas simultáneas y una amante prostituta y cada una a su manera le ocasionarán serios problemas. Amadeus estaba enamorado de la hermana de su esposa Constanze y si bien no cristalizó en matrimonio hubo una relación previa a la boda con la hermana. Según la obra, Mozart se mete con la alumna favorita de Salieri: Catalina Cavalieri y la lista podría seguir en otro momento. Y sobre Peer Gynt… rapta a Ingrid en su fiesta de bodas, seduciéndola por mutuo acuerdo pero después la abandona. Se mete con las tres pastoras que encuentra en la montaña del Val, y posteriormente con una Mujer Duende, hija del Rey de Dovre, sin embargo ya había encontrado a “la única” a Solveig, aún faltaría que se encontrara con Anitra en el extranjero, y no sabemos cuantas pasaron por sus brazos pero podemos deducir que muchas más…
Me gustaría volver en otra ocasión sobre las similitudes entre mis proyectos escénicos, y por supuesto definir porque me refiero a Solveig como “la única”, pero creo que por ahora ha sido suficiente. Hasta pronto.
Jorge Taddeo