sábado, 15 de octubre de 2022

 Acercarse al Teatro con una obra como la de Villoro,                                                                                                                                                                                    nos garantiza quedar prendados por siempre de las Artes Escénicas.                                                                                     Por Jorge Taddeo


Anoche por fin, fue nuestro estreno en el teatro Experimental de Jalisco, con la obra: "El Filósofo Declara" de Juan Villoro, misma que desde hace varias semanas hemos estado promoviendo por todos los medios posibles, ya que sólo estará 6 viernes en escena. Nos quedan 5. 

Les puedo decir, sin falsa modestia, que nuestra primera función fue muy conmovedora, el elenco creció muchísimo, como resultado esperado después de un arduo trabajo, pero lo más importante para nosotros, es que hubo un contacto enorme con el público. Tuvimos la fortuna de contar con un público muy receptivo hacia una obra tan llena de contrastes.


El fenómeno escénico volvió, y como cada vez que nos sucede presenciarlo sigue siendo impactante. Me refiero a lo sorprendente que es el cómo una obra que hemos leído, ensayado y analizado más de un centenar de veces, de repente cobra vida propia y se completa a si misma. Si se me permite el símil, es como si todo el proceso de montaje fuera el estar fabricando  un globo gigantesco, que sólo en el momento de la representación se empieza a llenar de aire y podemos darnos cuenta de sus verdaderas dimensiones. 


Estamos ante un mágico espejo que va dándonos a quienes estamos enfrente un atisbo de nuestras propias vidas, de nuestras relaciones cercanas y lejanas, o como dice en la obra el Profesor: de nuestros afectos. El resultado es una obra entrañable. 


Pudimos constatar una vez más porqué el teatro es algo vivo, pues todo lo experimentamos en ese preciso instante, mientras continua el viaje. Las reflexiones vendrán después de este fenómeno, pero ese momento, el de la representación, es de los vasos comunicantes.






Citando al pato Bermudez: “perdón, por tanto rollo”. Pues en realidad me encuentro aquí para agradecer a un gran equipo que hace todo esto posible. Mi colaboradora de hace ya muchísimos años, Anna Sosa, que tiene más puesta la camiseta que nadie, y que se ha ido labrando su propio camino. Incondicional en cuanto a todo el trabajo que requiere montar proyectos de este tamaño. Alguna vez, le comenté a una periodista que cuestionaba un presupuesto que nos habían otorgado para “Amadeus”, que lo mejor que podía hacer una institución tal como lo sugería Bauman, era entregarlo a una asociación de probada honorabilidad, calidad y esfuerzo, porque ellos ejecutarían ese recurso con un nivel de eficacia muy superior al de la Institución que lo otorgaba. Me explico, para montar una obra del tamaño de “Amadeus” o de “Peer Gynt” no es suficiente una jornada laboral, literalmente entregamos un año de nuestra vida con cargas horarias súper intensas al proyecto, o sería imposible llevarlo a cabo. Y como no tenemos las posibilidades de una gran empresa con docenas de colaboradores, pues entonces necesitamos de algunas personas clave que estén dispuestas a resistir esa clase de compromiso. Bien, Anna Sosa es una de esas poquísimas personas. También tengo la suerte de contar con un escenógrafo de cabecera, o sea alguien que no se dedica a hacer escenografías pero que tiene la sensibilidad y el conocimiento necesario para ello, mi querido Pepe Pelayo, que se sube a este barco, a veces de dimensiones tremendas y creo que al igual que como pasa conmigo, se enamora del proyecto en turno, y de lo qué significa no sólo descubrir cuál es el mejor entorno para presentarlo ante el público, sino de todo lo que subyace en las obras que me van enloqueciendo. Aunque no tanto como me enloquece el buscar obras con las que pueda conectar plenamente. La selección del repertorio es un proceso sumamente personal.


Vuelvo a nuestro proceso y estreno de “El Filósofo Declara”. En varias entrevistas con la prensa, me hicieron una pregunta: ¿qué tan difícil fue el trabajo con un elenco de ese nivel? ¿Tuvo problemas con ellos?, mi respuesta invariablemente fue: -Por supuesto que no. Con la mayoría del elenco hemos trabajado antes en proyectos muy grandes, y siempre ha existido una relación de mucho respeto. La mejor prueba de ello es que volvemos a trabajar juntos. Karina Hurtado, talentosísima actriz, con una fuerte y flexible personalidad que le permite moldear a sus personajes con gran acierto. Aparte, que siempre lo agradezco, sumamente dedicada desde los primeros procesos. Eduardo Villalpando, actor sumamente carismático y profesional, de esos actores a los que vas visualizando en un sinnúmero de roles. Con quien me toca trabajar por primera vez es con Marco Orozco, un actor con una trayectoria enorme, que anoche demostró porque lleva tantísimos años en el medio como primera figura. Un placer el tenerlo dentro de este importante elenco. La queridísima María Belén, siempre con su actitud positiva ante la vida, con un rol que seguramente entiende muy bien y con el que logra un balance muy especial al lado de todo el Elenco, pues es quien se especializa en relacionarse con todos de manera muy atractiva. Y Jonathan Gutiérrez, con un rol también muy demandante, ya que nunca hay rol pequeño, como lo demuestra con su actuación. Bien resuelto su personaje, ya más maduro que en proyectos anteriores. En resumen, un Elenco ideal para la obra, con las posibilidades de convertirse en sus personajes de forma honesta y efectiva. Gracias muchas gracias por sumarse a este proyecto. 


                                                                                                                        CONCERTTANTE PRODUCCIONES